Un sueño que sigue creciendo

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Don Tomás Reyes Ruiz es un agricultor, líder religioso y padre de 5 hijos, que vive en la Aldea Campur, La Tinta, Departamento de Alta Verapaz, donde inicialmente se dedicaba solo al cultivo de maíz, frijol y chile. Después de conversar con los vecinos, en 2012, decidió comenzar con el cultivo de cacao, sin tener ningún conocimiento técnico previo. Con el tiempo buscando cómo mejorar sus cultivos, se enteró de la Asociación de Productores Orgánicos de Desarrollo Integral del Polochic (APODIP), que trabaja con el cacao, y decidió ponerse en contacto con su personal, asesorarse sobre el cultivo del cacao y registrarse como socio. Así empezó a reforzar sus conocimientos mediante la formación en la asociación local.

Cuando empecé a conocer las técnicas y métodos de cultivo del cacao, me dije: “Mi sueño es cultivar cacao en mi parcela”, dice don Tomás.

Con el apoyo de APODIP, logró obtener semilla mejorada de la variedad Cacao Trinitaria, originaria de Cahabón, Alta Verapaz, y plantó siete cuerdas (aproximadamente 2.800 m2) en su parcela.

En 2016, en el marco del proyecto ALZARSE-DAR (Diversificación Agrícola y Rural) implementado por Heifer y APODIP, es elegido por su comunidad como promotor voluntario del cultivo de cacao. Gracias a esta experiencia, siguió capacitándose, profundizando en temas como: Manejo de tejido (Poda) fuerte e intermedio, Biofábrica (elaboración de abonos orgánicos) e injertos de cacao. Los primeros frutos de cacao aparecieron en su plantación, los cortó para el proceso de fermentación-secado, y finalmente lo vendió en el mercado local.

Como parte de las sesiones de formación, se trataron temas como el valor de la administración responsable con la que aprendió a registrar todos los procesos administrativos, tanto los gastos como los ingresos de su cultivo de cacao. Así, lleva sus primeros registros de una de sus primeras cosechas de 25 libras de cacao seco que fueron vendidas a cinco quetzales la libra, lo que le generó un ingreso total de 125 quetzales en ese momento.

En 2017, continuó su capacitación en el cultivo de cacao en el marco del proyecto ALZARSE-DAR implementado por Heifer y APODIP, incursionando en la venta de cacao en baba a APODIP, logrando una venta de 200 libras a un costo de tres quetzales la libra, totalizando 600 quetzales. Además, debido a su éxito con el cultivo, sus vecinos se acercaron a pedirle que les vendiera semillas para sembrar cacao en sus parcelas, identificando otra oportunidad de ingresos, logrando en su primera venta, 50 “pochas” de cacao a 3 quetzales cada una, totalizando 150 quetzales.

Gracias a los conocimientos adquiridos en la capacitación y la aplicación de buenas prácticas agrícolas en su parcela durante el mes de marzo de 2018, Don Tomás logró vender a APODIP 250 libras de cacao en “baba” (semilla de cacao no seca) a 3 quetzales la libra, haciendo un total de Q750 quetzales (incrementando sus ingresos en un 25% en comparación con el año anterior) y 150 vainas de cacao para utilizar como semilla a un precio de 3 quetzales cada una haciendo un total de 450 quetzales (200% más que el año anterior).

“Don Tomás ha demostrado su dedicación y pasión por el cultivo del cacao incursionando en el injerto de la planta, realizando prácticas en su parcela hasta perfeccionar su técnica, logrando un índice de 90% de injerto. Lo que se ha traducido en otra fuente de ingresos ya que a la fecha la Asociación APODIP lo contrata para realizar injertos de cacao en otras comunidades de cobertura del proyecto y ha realizado más de 500 injertos a un precio de Q1 por cada injerto”, indicó el técnico de APODIP Alec Heinneman.

“Agradezco al Proyecto ALZARSE-DAR, a Heifer y a APODIP, por creer en mí, capacitarme y darme la oportunidad de desarrollar un negocio local, cumplir mi sueño de cosechar cacao de alta calidad en mi parcela y así poder mantener a mi familia año tras año”, concluyó don Tomás.

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